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La FAO alerta " no podemos seguir usando nuestros océanos como vertederos "


  
   José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), defendió este lunes “un cambio radical” en la gestión de las aguas marinas para evitar que los océanos sean “un vertedero”.

“No podemos seguir utilizando los recursos marinos y acuáticos como si fueran infinitos. Y no podemos seguir usando nuestros océanos como un vertedero”, dijo al intervenir en la Cumbre sobre Economía Azul, celebrada este sábado y este lunes en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) ante un grupo de políticos de alto nivel, entre ellos jefes de Estado y ministros.
Graziano consideró necesario hacer cambios profundos en la forma en que se gestionan y utilizan los recursos marinos del planeta para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial y asegurar el bienestar de los países costeros e insulares. “Ha llegado la hora de un cambio radical en la gestión de los océanos”, añadió.
El principal responsable de la FAO abogó por plantearse seriamente las amenazas graves para la salud del océano, como la contaminación, la sobrepesca y las alteraciones meteorológicas y el aumento del nivel del mar causados por el cambio climático. "La salud de nuestro propio planeta, nuestra salud y la seguridad alimentaria, dependen de la forma en que tratamos el mundo azul”, agregó.
 
Por otro lado, la FAO subrayó que casi un 17% de la proteína animal consumida en el mundo procede de la pesca y la acuicultura, aunque esta cifra es mucho mayor en muchos pequeños Estados insulares en desarrollo.
Al mismo tiempo, indicó que los medios de vida de un 12% de la población humana dependen de la pesca y la acuicultura, principalmente en los países en desarrollo, pero recalcó que un 30% de las poblaciones mundiales de peces están sobreexplotadas, agotadas o recuperándose del agotamiento, con pérdidas económicas en la pesca marina derivadas de una mala gestión, ineficacia y sobrepesca que ascienden anualmente a 50.000 millones de dólares (unos 37.000 millones de euros).
 
“ECONOMÍA AZUL”
 
“El cambio climático plantea nuevos retos a las poblaciones que dependen de los océanos, al modificar la distribución y productividad de las especies marinas y de agua dulce -lo que afecta los procesos biológicos-, y alterar las redes alimentarias”, apostilló, antes de añadir que los cambios meteorológicos derivados del cambio climático amenazan el aumento del nivel del mar está destinada a tener graves consecuencias, especialmente para los pequeños Estados insulares en desarrollo.
Graziano aseguró que el concepto de "economía azul", surgido en la Conferencia de Río+20 de 2012, desempeñará un papel importante en el logro de los objetivos mundiales de desarrollo sostenible.
El modelo de economía azul hace hincapié en la conservación y la gestión sostenible, basado en la premisa de que los ecosistemas oceánicos saludables son más productivos y representan la única manera de garantizar que las economías que dependen del mar sean sostenibles. También tiene como objetivo garantizar que los pequeños Estados insulares en desarrollo y los Estados costeros del mundo en desarrollo se beneficien de manera equitativa de sus recursos marinos.
 (SERVIMEDIA)

FAO
 
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, mundialmente conocida como FAO (por sus siglas en inglés: Food and Agriculture Organization), es un organismo especializado de la ONU que dirige las actividades internacionales encaminadas a erradicar el hambre. Brinda sus servicios tanto a países desarrollados, como a países en vías de desarrollo; la FAO actúa como un foro neutral donde todas las naciones se reúnen como iguales para negociar acuerdos y debatir políticas. También es fuente de conocimiento e información, ayudando a los países en vías de desarrollo y transición a modernizar y mejorar sus actividades agrícolas, forestales y pesqueras, con el fin de asegurar una buena nutrición para todos. A 15 de junio de 2013 la FAO cuenta con 197 miembros: 194 Estados Miembros, 1 Organización Miembro (La Unión Europea) y 2 Miembros Asociados (Islas Feroe y Tokelau)

ESTUDIAN CORALES DE AGUA FRÍA BAJO EL MAR PATAGÓNICO DE CHILE


Con apoyo de National Geographic, la investigadora Rhian Waller estuvo un mes en el fiordo Comau, en Chile, estudiando una de las especies únicas y milenarias del planeta. El fiordo Comau, en la Región de Los Lagos, es un lugar único en el mundo. En sus frías aguas, que llegan a los 8 °C, habita un tipo de coral poco estudiado y que se encuentra entre las especies más antiguas del planeta. Pueden vivir cientos o miles de años. Un fiordo es una angosta entrada de mar formada por la inundación de un valle excavado o parcialmente tallado por acción de glaciares. “Hay enormes plataformas de corales de agua fría en la Patagonia, muchas más que en cualquier otra parte del planeta. Esta área es verdaderamente única en el mundo”, dice Rhian Waller, doctora en Ciencias del Mar de la U. de Maine, en EE.UU. Waller, quien ha participado en más de 40 cruceros científicos internacionales, publicado más de 30 estudios científicos y dedicado casi una década a investigar los corales del mundo, acaba de pasar un mes estudiando los corales en la Patagonia chilena, en una expedición financiada por National Geographic y apoyada por la Fundación Huinay. La investigadora se ha centrado en la búsqueda del coral de piedra (desmophyllum dianthus), una especie que si bien no es exclusiva de Chile, sólo en los fiordos Comau y Reñihue es posible encontrarlos en abundancia y a nivel superficial. “Este coral es usualmente una especie de aguas profundas, a más de 1.000 metros de profundidad. Pero los fiordos chilenos son únicos, aquí puedes hallar esta especie a nivel superficial, a sólo 20 metros, por lo que puedo bucear para estudiarlos”, comenta la investigadora. IMG_3600-600x450 El coral de piedra es una especie solitaria, que no construye arrecifes y que -como el resto de los corales de agua fría- depende de la captura de plancton para alimentarse. Eso los diferencia de los corales tropicales, que tienen un alga fotosintética al interior de sus tejidos, “por lo que necesitan luz solar y condiciones cálidas para sobrevivir”. Sin esta alga los corales pueden vivir casi en cualquier lugar: en el océano profundo (bajo 6.000m), en regiones polares y en fiordos de aguas frías. Los corales forman hábitat al fondo del océano, creando hogares para muchos otros animales, donde pueden descansar, comer y reproducirse. Además, son parte importante del ciclo de vida de especies comerciales de peces y cangrejos. “Son una parte irreemplazable del ecosistema”. “Estos corales de agua fría ya viven al extremo y en condiciones más ácidas que los corales regulares, entonces cualquier cambio a través del calentamiento o acidificación podría llevarlos al extremo de lo que ellos son capaces de resistir”, indica la experta. Por eso, el fin de su expedición es observar la reproducción y desarrollo del coral -que está clasificado como “casi amenazado”- para saber cómo enfrentar su recuperación si sufre más daños por el cambio climático u otras razones antropogénicas (como la extracción para artesanías). De hecho, su próximo paso es saber cómo las larvas de corales de agua fría son afectadas por el cambio climático, lo que entregará información vital sobre el futuro de esta frágil especie.

Fuente | www.latercera.com

El calentamiento global afecta al tamaño de los peces


Protesta contra el descarte de peces y la captura masiva


Los cambios en los sistemas climáticos del océano  podría conducir a que los peces empequeñeciesen, según un nuevo estudio dirigido por científicos de la pesca en la Universidad de British Columbia y publicado en la revista «Nature Climate Change»
El estudio, ofrece la proyección global por primera vez sobre la posible reducción del tamaño máximo de los peces en un océano más cálido y menos oxigenadas. Los investigadores utilizaron modelos informáticos para estudiar s más de 600 especies de peces de los océanos de todo el mundo y se encontró que el peso máximo que pueden alcanzar podrían disminuir en 14 y 20 por ciento hasta el año 2050, siendo los trópicos las zonas con mayor impacto.
«Estábamos sorprendidos de ver una gran disminución de tamaño de los peces», dice el autor principal del estudio William Cheung, profesor asistente en el Centro de Pesca de UBC. «Los peces marinos son conocidos en general para responder al cambio climático a través de cambios en la distribución y estacionalidad. Pero el efecto inesperadamente grande que el cambio climático podría tener sobre el tamaño corporal sugiere que podríamos estar perdiendo una gran pieza del rompecabezas de los efectos de la comprensión del cambio climático en el océano»
Esta es la primera aplicación a escala mundial de la idea de que el crecimiento de los peces está limitado por el suministro de oxígeno. «Es un reto constante para los peces obtener suficiente oxígeno a partir del agua para poder crecer y la situación empeora a medida que los peces son más grandes», explica Daniel Pauly co-autor del estudio.
«Un océano más cálido y meno oxigenado, como se ha predicho que pasará con le cambio climático, haría más difícil a los peces más grandes obtener suficiente oxígeno, lo que significa que dejarían de crecer mucho antes», apuntó.
Este estudio pone de relieve la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar estrategias para controlar y adaptarse a los cambios, que ya se están viendo, o la población mundial empieza a correr el riesgo de que se interrumpa la industria de la pesca, la seguridad alimentaria y el trabajo del océano como ecositema.
Artículo científico:

Shrinking of fishes exacerbates impacts of lobal ocean changes on marine ecosystems

Los océanos tropicales 'dirigen' el cambio climático





Los océanos de todo el planeta están "bombeando" cantidades cada vez mayores de aguas cálidas de las zonas tropicales hacia los polos. Este fenómeno tiene consecuencias significativas para la vida en la Tierra, según un estudio publicado en la revista Journal of the Marine Biological Association.
Un grupo de científicos del Instituto Marino de la Universidad de Plymouth y del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) determinó que las regiones tropicales de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico parecen “funcionar como un corazón” que acumula calor y luego bombea ráfagas de aguas cálidas.
Cuando el agua llega a las plataformas continentales, se redirecciona a lo largo del borde de las mismas hacia los polos. Los científicos sostienen que muchos de los pulsos coinciden con los episodios de "El Niño", y que la calidez del agua aumenta.
El autor principal del informe, el profesor Philip Reid, de la Fundación para el Océano y la Ciencia Sir Alister Hardy (SAHFOS) y el Instituto Marino, dice que el fenómeno explica el momento y la conexión de una serie de episodios hidrográficos, del ecosistema y criosféricos (hielo/nieve) observados.
“Describimos por primera vez un patrón globalmente sincrónico de pulsos de emanaciones de temperaturas de corto plazo (un año), que pasan a lo largo de las plataformas continentales, desde los mares tropicales hasta los polos -relata-. Las aguas cálidas tropicales parecen actuar como un corazón, acumulan calor y energía, que después bombean en ráfagas que se trasladan progresivamente hacia los polos, un proceso que parece acelerarse.”
Reid y el Dr. Gregory Beaugrand, que trabajó como asociado en la investigación, trazaron un mapa y analizaron estadísticamente las temperaturas promedio por cada dos grados cuadrados de latitud y longitud para todo el océano en forma global, desde 1960 hasta 2008, con una resolución en grados única, muy precisa, a lo largo de las plataformas continentales.
Hallaron un grado de simetría sorprendente a ambos lados del ecuador y picos muy claros de temperatura seguidos de un periodo de frío.
Beaugrand dijo que encontraron aumentos repentinos de temperaturas en 1976, 1987, 1998 y durante 2000-2010, que coincidieron con cambios en los ecosistemas, como el colapso de la pesquería de bacalao en la costa oriental de Canadá a finales de 1980.
“Si este patrón continúa, las temperaturas globales podrían continuar aumentando de manera repentina y la evidencia sugiere que el ritmo de aumento se acelera”, observa Reid.
Entre tanto, varios investigadores opinan que las plantas evolucionan rápidamente ante las condiciones cambiantes, lo que podría mejorar su oportunidad de sobrevivir. Un estudio nuevo revela que las hojas de las plantas australianas de un tipo de Dodonaea viscosa, un arbusto de la familia de las lichi (Litchi chinensis), tiene las hojas cada vez más pequeñas, informó New Scientist.
“Ya observamos cambios sustanciales en el clima de la Tierra y por eso deberíamos esperar que haya también cambios en la vegetación del planeta”, opina Andrew Lowe, biólogo conservacionista de plantas de la Universidad de Adelaida, en Australia, y un investigador clave del estudio.
“El estudio es un ejemplo nuevo de las respuestas al significativo cambio climático hasta la fecha”, recalca el coautor Greg Guerin, también de la Universidad de Adelaida, según la BBC. “Ahora sabemos que cada grado de calentamiento global es significativo desde el punto de vista ecológico y genera desequilibrio ecológico.”
Enlace artículo  SAHFOS:                        http://www.sahfos.ac.uk/news/2012/7/2/scientists-identify-tropical-oceans-as-%E2%80%98beating-heart%E2%80%99-of-climate-change.aspx


Enlace al artículo científic

Global synchrony of an accelerating rise in sea surface temperature
http://journals.cambridge.org/action/quickSearch?quickSearchType=search_combined&inputField1=Global+synchrony+of+an+ac


 Vídeo interesante:The Ocean's Role in Centennial Tropical Climate Variability and Changehttp://vimeo.com/42638868




La plataforma de hielo Filchner-Ronne de la Antártida podría comenzar a derretirse rápidamente por el cambio climático



Foto: MICHAEL STUDINGER / NASA

Climatólogos europeos advierten del peligro que corre la barrera de hielo Filchner-Ronne por el cambio climático.

La barrera de hielo Filchner-Ronne de la Antártida, ubicada en el Mar de Weddell, podría derretirse a gran velocidad y dejar de ejercer como barrera de las corrientes de hielo que drenan la plataforma de hielo del oeste de la Antártida. Al menos así lo afirma un grupo de climatólogos financiados con fondos europeos. 

El equipo logró demostrar con cálculos realizados mediante distintos modelos que el aumento de las temperaturas atmosféricas sobre el Mar de Weddell suroriental podría provocar un flujo de enormes masas de hielo hacia el mar durante los próximos seis decenios. 

La investigación recibió apoyo del proyecto ICE2SEA («Estimar la contribución futura del hielo continental a la subida del nivel del mar»), al que se adjudicaron casi 10 millones de euros por medio del tema de Medio ambiente del Séptimo Programa Marco (7PM) de la Unión Europea. 

En un artículo de la revista Nature, el equipo, compuesto por científicos de Alemania y Reino Unido, rebate la presunción generalizada de que las barreras de hielo del Mar de Weddell serán ajenas a los efectos directos del cambio global debido a su situación periférica. Hasta ahora muchos expertos consideraban que las consecuencias del calentamiento global para la Antártida se manifestarían sobre todo en el Mar de Amundsen, la zona occidental del continente. 

El Dr. Hartmut Hellmer del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina (AWI), autor principal del estudio, apuntó a la necesidad urgente de no descuidar la zona oriental: «El Mar de Weddell no se ha considerado en profundidad debido a la consideración generalizada de que, al contrario que el de Amundsen, sus aguas templadas no alcanzarían las barreras de hielo. No obstante, hemos descubierto un mecanismo que impulsa agua caliente hacia la costa que influirá enormemente en la barrera de hielo Filchner-Ronne durante los decenios venideros.» 

El Dr. Hellmer describió las barreras de hielo como «corchos de una botella para las corrientes de hielo que hay detrás de ellas» y explicó su importante función: «Reducen el flujo de hielo pues están encajadas en bahías y se apoyan sobre islas.» Advirtió que: «Si por cualquier razón las barreras se deshelasen, desde su base se volverían tan finas que las superficies de contacto se reducirían y el hielo situado detrás de ellas empezaría a desplazarse.» 

Los modelos utilizados en el estudio indican que la llegada de aire más caliente reducirá el hielo marino del sur del Mar de Weddell, sólido en la actualidad, y aumentará su fragilidad y propensión al movimiento en las décadas venideras. Un aporte de agua más caliente por debajo de la barrera de hielo de Filchner-Ronne derretiría el hielo desde abajo y modificaría la dinámica de las lenguas de los glaciares. Los cálculos del equipo muestran que a final de siglo se desintegrará el frente hidrográfico de la zona sur del Mar de Weddell que hasta ahora evitaba que el agua caliente pasara por debajo de la barrera de hielo. Estos cálculos se basan en previsiones atmosféricas del Centro Hadley de Previsiones Meteorológicas del Reino Unido en Exeter y entre los datos se han incluido previsiones de los patrones de viento y temperatura en la Antártida. 

Jürgen Determann del AWI comentó: «Calculamos que la mayor tasa de deshielo se producirá cerca de la línea de tierra, la zona en la que la barrera de hielo se asienta sobre el fondo marino en la transición hacia el glaciar. Actualmente la barrera de hielo Filchner-Ronne se está derritiendo en este punto a una velocidad de cinco metros al año. Al comienzo del siglo que viene la velocidad de deshielo habrá aumentado hasta los cincuenta metros al año. Si la elevada velocidad de deshielo se compensa en su totalidad mediante el flujo de hielo procedente del continente, esta pérdida de masa supondrá un aumento global del mar de 4,4 milímetros anuales.» 

Los cálculos más recientes basados en datos de teledetección muestran que el nivel del mar en todo el mundo subió entre 2003 y 2010 a una velocidad de 1,5 milímetros anuales debido al deshielo de glaciares y barreras. Este aumento se suma a los 1,7 milímetros anuales provocados por la expansión térmica de los océanos. 

El proyecto ICE2SEA reúne a investigadores de 24 institutos científicos de Bélgica, Chile, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Islandia, Italia, Países Bajos, Noruega, Polonia y Reino Unido. El proyecto se ha propuesto desentrañar las interacciones que se producen entre el hielo y el clima y así lograr predicciones más ajustadas de los efectos del deshielo en el nivel del mar. 

Otro artículo publicado en Nature Geoscience esta misma semana por otro equipo científico advierte del peligro que supone esta situación para la estabilidad de la plataforma de hielo de la Antártida. 

Este otro equipo, dirigido por Martin Siegert de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), estudió el grosor de las lenguas de hielo Institute y Müller, que desembocan en la barrera de hielo Filchner-Ronne, con la intención de conocer la geografía del suelo sobre el que se apoyan. 

Sus descubrimientos muestran una pendiente inversa empinada y una gran corriente de subida en la cuenca subglaciar en el punto de encuentro entre la plataforma de hielo del oeste de la Antártida y el Mar de Weddell. Por desgracia su lecho es relativamente liso, con pocos obstáculos o «puntos de agarre» capaces de detener la reducción paulatina de la plataforma de hielo.

Para más información: Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina: