Guerra de Irán y el video de Fidel 2010

militares para atacar desde Azerbaiján
La guerra de EE.UU. contra Irán ya ha comenzado


Scott Ritter
Al–Jazeera

Traducido para Rebelión por Germán Leyens


Los estadounidenses, como el resto del mundo, comienzan a despertar a la desagradable realidad de que el presidente George Bush no sólo les mintió sobre las armas de destrucción masiva en Irak (la excusa aparente para la invasión de marzo de 2003 y la ocupación de ese país por fuerzas de EE.UU.), sino también sobre el proceso mismo que condujo a la guerra.

El 16 de octubre de 2002, el presidente Bush dijo al pueblo estadounidense que “no he ordenado el uso de la fuerza. Espero que el uso de la fuerza no resulte necesario”.

Ahora sabemos que esa declaración en sí fue una mentira, que el presidente, a fines de agosto de 2002, había, en realidad, aprobado las órdenes de “ejecutar” autorizando a las fuerzas armadas de EE.UU. a comenzar operaciones militares activas dentro de Irak, y que esas órdenes ya estaban siendo implementadas en septiembre de 2002, cuando la Fuerza Aérea de EE.UU., con el apoyo de la Real Fuerza Aérea británica, comenzó a expandir sus bombardeos de objetivos dentro y fuera de la así llamada zona de no–vuelo en Irak.

Estas operaciones tenían por objetivo debilitar las capacidades de defensa aérea y de comando y control de Irak. También preparaban el camino para la inserción de unidades de Operaciones Especiales de EE.UU. que realizaron operaciones de reconocimiento estratégico, y posteriormente acciones directas contra objetivos específicos dentro de Irak, antes del comienzo de las hostilidades el 19 de marzo de 2003.

El presidente Bush había firmado una conclusión clandestina a fines de la primavera de 2002, que autorizaba a la CIA y a las fuerzas de Operaciones Especiales de EE.UU. a despachar unidades clandestinas al interior de Irak con el propósito de eliminar del poder a Sadam Husein.

El hecho es que la guerra de Irak había comenzado a principios del verano de 2002, si no antes.

La violación del espacio aéreo de una nación soberana es un acto de guerra propiamente tal. Pero la guerra con Irán ha ido mucho más lejos de la fase de la búsqueda de inteligencia. La línea cronológica de los eventos tiene ramificaciones que van más allá de trivialidades históricos o de la investigación política de los eventos del pasado.

Representa un historial de precedentes por parte de la administración Bush que debe ser considerado al considerar los actuales eventos respecto a las relaciones EE.UU.-Irán. Tal como fue el caso con Irak antes de marzo de 2003, la administración Bush habla actualmente de “diplomacia” y de su deseo de resolución “pacífica” del problema iraní.

Pero los hechos hablan de otra agenda, la de la guerra y de la eliminación por la fuerza del régimen teocrático, que actualmente tiene las riendas del poder en Teherán.

Como en el caso de Irak, el presidente ha preparado el camino para el condicionamiento del público estadounidense y de medios más que obsecuentes en su aceptación sin análisis de los méritos de una política de cambio de régimen en Irán, vinculando el régimen de los ulemas con un “eje del mal” (junto con el recién “liberado” Irak y Corea del Norte), y hablando de la necesidad absoluta de extender la “democracia” al pueblo iraní.

La “liberación” y la extensión de la “democracia” se han convertido en dos nombres de código no–demasiado–sutiles, significando militarismo y guerra, dentro de la cábala neoconservadora que formula y ejecuta la política exterior estadounidense en la actualidad.

Sólo por la intensidad de la retórica de “liberación y democracia”, los estadounidenses ya deberían darse por advertidos de que Irán está bien fijo en la mirilla como el próximo objetivo para la política ilegal de cambio de régimen que es implementada por la administración Bush.

Pero los estadounidenses, y por cierto gran parte del resto del mundo, siguen siendo mantenidos en un falso sentido de complacencia por el hecho de que aún no han comenzado las operaciones militares convencionales abiertas entre Estados Unidos e Irán.

Por ello, muchos insisten en la falsa esperanza de que una extensión de la actual locura en Irak pudiera ser postergada o impedida en el caso de Irán. Pero es un sueño demencial.

La realidad es que la guerra de EE.UU. contra Irán ya ha comenzado. Mientras escribimos estas líneas, se realizan vuelos estadounidenses sobre suelo iraní, utilizando aviones teledirigidos y otras posibilidades más avanzadas.

La violación del espacio aéreo de una nación soberana es de por sí un acto de guerra. Pero la guerra contra Irán ha ido mucho más allá de la fase de acumulación de inteligencia.

El presidente Bush ha aprovechado los amplios poderes que le fueron otorgados después del 11 de septiembre de 2001, para lanzar una guerra global contra el terror y para iniciar varias operaciones ofensivas clandestinas dentro de Irán.

Las más visibles de éstas son las acciones respaldadas por la CIA, emprendidas recientemente por los Muyahidín el–Khalq, o MEK, un grupo opositor iraní, que solía ser dirigido por los temidos servicios de inteligencia de Sadam Husein, pero que ahora trabaja exclusivamente para el Directorio de Operaciones de la CIA.

Es una amarga ironía que la CIA esté utilizando a un grupo que sigue clasificado como organización terrorista, un grupo entrenado en el arte del asesinato con explosivos por las mismas unidades de inteligencia del régimen de Sadam Husein, que actualmente matan soldados estadounidenses en Irak, para realizar atentados remotos en Irán del tipo que la administración Bush condena a diario dentro de Irak.

Tal vez el dicho de que “el combatiente por la libertad de uno es el terrorista del otro” ha terminado por ser adoptado por la Casa Blanca, poniendo en evidencia la extrema hipocresía de todas las nociones subyacentes que gobiernan la actual guerra global contra el terror.

Pero la campaña respaldada por la CIA de atentados terroristas de los MEK en Irán no constituye la única acción actual contra Irán.

En el norte, en el vecino Azerbaiján, los militares de EE.UU. preparan una base de operaciones para una masiva presencia militar que precederá una importante campaña terrestre a fin de capturar Teherán.

El interés del secretario de defensa, Donald Rumsfeld, por Azerbaiján podrá haber escapado a la atención de los medios occidentales con anteojeras, pero Rusia y las naciones del Cáucaso comprenden demasiado bien que los naipes ya han sido repartidos respecto al papel de Azerbaiján en la próxima guerra con Irán.

Los lazos étnicos entre los azeríes del norte de Irán y de Azerbaiján fueron explotados durante mucho tiempo por la Unión Soviética durante la Guerra Fría, y este vehículo para la manipulación interna ha sido aprovechado por los agentes paramilitares de la CIA y las unidades de Operaciones Especiales de EE.UU. que se entrenan junto con fuerzas azerbaijanas para formar unidades especiales capaces de operar dentro de Irán con el propósito de obtener inteligencia, realizar acciones directas, y movilizar la oposición local contra los ulemas en Teherán.

Pero es sólo un uso que EE.UU. ha planeado para Azerbaiján. Aviones militares de EE.UU. operando desde bases avanzadas en Azerbaiján, tendrán que volar una distancia mucho más corta al atacar objetivos en y alrededor de Teherán.

En realidad, el poder aéreo de EE.UU., podrá mantener una presencia de casi 24 horas al día sobre el espacio aéreo de Teherán una vez que se inicien las hostilidades militares.

Estados Unidos ya no tendrá que considerar el empleo de planes del tiempo de la Guerra Fría que preveían la movilización contra Teherán desde las ciudades del Golfo Pérsico de Chah Bahar y Bandar Abbas. Unidades del Cuerpo de Marines de EE.UU. podrán tomar esas localidades para proteger el vital Estrecho de Hormuz, pero se ha eliminado la necesidad de avanzar por el interior.

Ahora existe una ruta mucho más corta a Teherán – la carretera costera que va a lo largo del Mar Caspio de Azerbaiján a Teherán.

Los planificadores militares de EE.UU. ya han iniciado juegos de guerra que prevén el despliegue de fuerzas multidivisionales a Azerbaiján.

La planificación logística está adelantada respecto al establecimiento de bases de poder aéreo y terrestre de EE.UU. en Azerbaiján.

En vista de que el grueso del apoyo logístico y de la capacidad de comando y control necesarios para realizar una guerra contra Irán ya ha sido desplegado en la región gracias a la masiva presencia de EE.UU. en Irak, el tiempo de preparación para una guerra contra Irán será considerablemente reducido en comparación con los programas acelerados que se vieron respecto a Irak en 2002–2003.

EE.UU. y las naciones occidentales continúan obsesionados por la actual tragedia y desastre que es Irak. Por fin comienza a verse un debate muy necesario en Estados Unidos y otros sitios sobre los razonamientos para la guerra contra Irak y la fracasada ocupación de posguerra en Irak.

Normalmente, esto representaría un cambio positivo. Pero, si todos están ocupados mirando hacia el pasado, muchos no ven el crimen que está a punto de ser repetido por la administración Bush en Irán – una guerra ilegal de agresión, basada en premisas falsas, realizada con poca consideración por el pueblo de Irán o el de Estados Unidos.

La mayoría de los estadounidenses, junto con la parte dominante de los medios de EE.UU., están enceguecidos ante los obvios signos de guerra, esperando, en su lugar, algún tipo de declaración formal de hostilidades, un momento hecho–para–la–tele, como el del 19 de marzo de 2003.

Ahora sabemos que la guerra había comenzado mucho antes. Del mismo modo, la historia mostrará que la guerra dirigida por EE.UU. contra Irán no habrá comenzando una vez que se presente una declaración formal semejante por parte de la administración Bush, sino que ya había sido preparada desde junio de 2005, cuando la CIA inició su programa de atentados terroristas de los MEK en Irán.

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Scott Ritter es el jefe de inspectores de armas de la ONU en Irak, 1991–1998, y autor de “Iraq Confidential: The Untold Story of America's Intelligence Conspiracy,” que será publicado por I B Tauris en octubre de 2005.

Oposición al negociado de la UBA

Crisis en el Buenos Aires: echaron a la rectora y ella irá a la Justicia
15/07/10 El Consejo de la UBA la desplazó ayer. Los alumnos dicen que resistirán la medida.

PorDiego Geddes



LA VOTACION. LOS INTEGRANTES DEL CONSEJO SUPERIOR, EN LA VOTACION.

MALA NOTICIA. EL MOMENTO EN QUE GONZALEZ GASS SUPO QUE LA ECHABAN.



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Condenas, pocos apoyos y una abstención

¿Es peor el remedio?

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Colegio Buenos Aires, rectora, González Gass Los que mañana tienen evaluación, acuerdensé...”. Fue el único gesto descontracturado de un día cargado de tensión para Virginia González Gass, desplazada ayer al mediodía como rectora del Colegio Nacional Buenos Aires, pero todavía en funciones como docente de literatura en ese colegio. La ex rectora, que tiene un fuerte apoyo político de toda la comunidad educativa del colegio, denunció que en su destitución había una “una clara intencionalidad política”.

El Consejo Superior de la UBA la desplazó por amplia mayoría (19 votos a favor, 6 en contra y una abstención) y designó en forma transitoria a la vicerrectora del turno noche, Rosa Blanca López de Del Aguila, de 83 años de edad. Los otros dos vicerrectores, Fabián Schipani, del turno mañana, y Andrea López, del turno tarde, presentaron la renuncia, en señal de apoyo a González Gass. Ahora, la rectora interina deberá elevar en un plazo de 45 días la terna de candidatos para cubrir el cargo de rector del establecimiento.

Desde la UBA acusan a la ex rectora de haber abierto tres cursos en el turno noche sin contar antes con la partida presupuestaria necesaria. “Es un pase de factura”, dijo González Gass. “Yo lo veo como una intervención que no corresponde. Es la primera vez en la historia que el colegio es intervenido de esta manera durante el período democrático”, dijo la ex rectora, cuyo cargo expiraba en mayo de 2011. También hay sospechas en la comunidad educativa del colegio de que la destitución tenga que ver con la posible venta del campo de deportes del colegio (12 mil metros cuadrados en Puerto Madero), a la que ella se opuso. Fuentes del rectorado de la UBA dijeron que la ex rectora debe entender que “no es autónoma de la universidad”.

Ahora, González Gass presentará un recurso de amparo ante la resolución de su destitución. “Eso habla muy mal de ella. Va a perder tiempo y le hace daño al colegio. Lo que pasó hoy es una atribución del Consejo Superior”, dijeron allegados a Hallú. Pero para González Gass, “la UBA está avasallando al Nacional Buenos Aires”.

Los alumnos, que tuvieron un fuerte conflicto el año pasado con la rectora (con una toma que duró varios días), denunciaron que la decisión “va en contra de lo que el colegio y la comunidad educativa quiere”, aclaró Mariana Katz, del Centro de Estudiantes. Además anunciaron que formarán un cordón humano frente al rectorado para impedir el acceso de personas ajenas al colegio. Liliana Olazar, en representación de los docentes, dijo: “No vamos a reconocer a otras autoridades más que las actuales”. Para hoy a las 12.30 está anunciado un abrazo simbólico al colegio, con alumnos, docentes, graduados y padres. Y González Gass dará su clase de literatura.

Promesas que no valen nada



Las promesas al viento se basan en sueños irrealizables, alegrías inesperadas que compensan humillaciones publicas, rectificaciones y reconciliaciones jamás pensadas. Así la gente se rapa el pelo al cero o se lo tiñe de colores estridentes después de acabar una carrera difícil, o por ejemplo escala cumbres después de una operación milagrosa.

Públicamente lance el reto de cauterizar viejas heridas, romper promesas hechas y desdecirme mil veces de no volver a Gangs, si España ganaba el mundial un gran sueño que a todos nos ilusionaba mas que nunca tras ganar la Eurocopa pero que veíamos irrealizable, teníamos un tremendo gafe que se rompió con aquel penalty parado a Paraguay.

Y aquí me encuentro de vuelta, no de todo, pero si de gran parte, vuelvo mas tranquilo, mas pausado, mis entradas imagino que serán mas espaciosas, pero el tiempo me ha dado la paciencia suficiente para no ofuscarme por según que cosas y para darme cuenta que lo importante no reside en un blog sino en los sueños irrealizables que se cumplen.

P.D.:Además yo no soy de los que se tiñen o rapan el pelo....el próximo sueño...reunirnos con el Pelado...voy pensándome la promesa, jejejeje

Buenos Aires, la Ciudad de la Furia.


Así se festejó acá, en Buenos Aires.

Es que a pesar de las empresas, de rencores de centurias, de desacuerdos políticos...la mayoría acá tenemos apellidos de allá. Hasta el mío es más ibérico que rioplatense.

Quizás por eso mis lágrimas de ayer al ver a Casillas levantar el trofeo, quizás por eso lo sentí un poquito mío el festejo y la alegría. Quizás porque me gusta mucho el turrón de Alicante o el sandwich de tortilla. O porque Madrid me parece Buenos Aires (aunque más prolija y aunque me sienta hincha del Barc,a). Por algo de todo eso acá se festejó así, con toda la Furia.

¡Felicitaciones, amigos!

PD: Pitxi, Chuso, Pelao...vayan preparándose para un intercambio de camisetas. Real, en persona. No diré más.

EL PULPO ALEMÁN PRONOSTICA LA VICTORIA DE ESPAÑA EN SEMIFINALES

El conocido y odiado Pulpo Paul, del acuario de Oberhausen, ha pronosticado el triunfo de España ante Alemania en la semifinal del Mundial de Fútbol que se disputará mañana, al decantarse por los mejillones que estaban tras la bandera española en lugar de los etiquetados con bandera alemana.

El secreto: el pulpo Paul pensó que se trataba de mejillones de la Rías Baixas.

¿Con qué cara saltarán los teutones mañana al campo de juego sabiendo que su pulpo nos da como ganadores???? Tiembla, Schwainsteiger, temblad, teutones!!! Viva el mejillón gallego. Les vamos a dar las del pulpo!!!!

Masonería

Los masones piden un espacio común




Reunir y poner de acuerdo a cuatro Grandes Maestros de la Masonería española es, a fecha de hoy, una heroicidad. Es triste eso. La Orden masónica, que tiene en los más importantes países civilizados un viejo y sólido prestigio como referente ético de la sociedad, sufre en España un desbarajuste del que sólo en los últimos años, en los muy últimos, empieza a salir. Creo que eso es una buena noticia para todos. Insisto: para todos.

A poco que uno se fije, la obsesión patológica contra la Masonería es lo único que le salió bien al dictador Franco. En términos históricos, fracasó en todo lo demás. Hoy es algo absolutamente corriente ser demócrata, ateo, protestante, gay, nacionalista o pacifista. Comunistas quedan más bien pocos, pero eso se debe a sus propios problemas y no a la persecución que contra ellos montó el caudillo. Sólo el que alguien sea masón, sólo eso, sigue siendo algo que la mayoría de la gente ve aún con prevención y desconfianza. Que era lo que quería Franco, aquel trepa que intentó iniciarse en la Masonería por dos veces (en Larache y en Madrid), que fracasó en ambos intentos y que, por ese motivo, crió en su agrio corazón un odio y un rencor mayores que los que aquel mediocre llegó a sentir por ninguna otra cosa en toda su vida. Mandó matar a 16.000 ciudadanos por el delito de ser masones. Exilió, encarceló, dejó sin trabajo o persiguió de cien maneras a otros 80.000. Y cuando terminó la guerra civil, no había en nuestro país más allá de 4.500 masones. De los que muchos, encima, lograron escapar. Ahí están los archivos de Salamanca para quien desconfíe de estas cifras.

Los masones españoles son pocos aún, aunque su número está creciendo rápidamente, pero esto es lo peor: están increíblemente divididos. Hay Obediencias (así se llama a la agrupación de varias Logias) que no llegan al centenar de afiliados. Muchas de ellas no reconocen a otras, o no tienen relación de amistad con ellas. ¿La culpa la sigue teniendo Franco? En parte sí, pero yo creo que, treinta y cinco años después de la muerte de aquel señor, los masones deberían mirarse a sí mismos antes que al pasado para buscar a los responsables de sus problemas. En un medio hostil, que fue el que dejó la dictadura, lo peor que uno puede hacer es caer en los personalismos, las rencillas, la vanidad, el afán de protagonismo, las querellas absurdas y el rencor individual.

Por eso me parece una heroicidad, pero sobre todo una espléndida noticia, que cuatro Grandes Maestres de la Masonería liberal y adogmática española (esto es, que reconocen a las mujeres masonas como hermanas y que no tienen la obligación de creer en ningún dios) se hayan puesto de acuerdo y hayan presentado hace unos pocos días, en el Ateneo de Madrid y albergados por la agrupación ateneísta Ágora, un texto común en el que se dicen muchas cosas muy importantes para todos. Repito: para todos los ciudadanos.

Nombres: Jordi Farrerons, Gran Maestre de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE); Ana María Lorente, Gran Maestra de la Gran Logia Femenina de España (GLFE); Paloma Martínez Sierra, presidenta de la Federación Española del Derecho Humano (DH) y Aimé Battaglia, que no es Gran Maestro sino Consejero del Gran Oriente de Francia (GOdF). Como anfitriona, Carmen Serrano, presidenta de Ágora, foro para el diálogo en el Ateneo madrileño.

Bien, ¿qué dijeron? En pocas palabras: la Masonería reivindica el principio constitucional de aconfesionalidad del Estado. Vaya cosa, dirán ustedes: eso ya lo pone la Constitución, ¿por qué salen ahora los masones a reivindicar algo que ya está en la ley de leyes?

Pues porque una cosa es lo que dice la Constitución y muy otra lo que pasa en realidad. La Masonería liberal piensa que sigue existiendo no sólo una preeminencia evidente de la Iglesia católica en la vida institucional española, sino que otras confesiones religiosas (qué gaitas otras confesiones, seamos claros: el Islam) están avanzando para imponer al común de los ciudadanos, a todos los ciudadanos, normas de comportamiento, usos, costumbres y prerrogativas que son frontalmente incompatibles no ya con lo que dice la Constitución, sino con la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Nuestro Estado es, por definición constitucional, laico. Esto quiere decir que respeta todas las confesiones religiosas, pero que no ampara, protege, impulsa ni cuida amorosamente a ninguna de ellas. ¿Por qué? Por algo tan evidente que da vergüenza decirlo: porque la religión es, por definición, un acto privado, un sentimiento personal e íntimo que debe ser respetado, cómo no, pero en ningún caso impulsado por un Estado laico. Los franceses –esto lo recordó Aimé Battaglia, del GOdF– tienen, desde hace ciento cinco años, una ley de separación entre la Iglesia y el Estado que nosotros no tenemos. Hace un siglo que se acabaron estos problemas para nuestros vecinos del norte. Aquí, hoy, la Iglesia sigue indignándose porque se pretenda eliminar los símbolos religiosos privados –todos, pero sobre todo los suyos– de los edificios públicos, y muy singularmente de los centros educativos, que es donde pretenden mantener como sea su cantera. Y no es más que un ejemplo entre cientos: ahí están la catequesis en la enseñanza que todos pagamos, las subvenciones más o menos encubiertas que el Estado sigue pasando al clero, la reverencia temerosa de las autoridades civiles para con los jerarcas eclesiásticos, la confusión inconcebible entre religión y derechos humanos que se está cometiendo con el asunto del burka, del niqab y del hiyab.

Es lo que Jordi Farrerons (GLSE) llamaba la “pervivencia de una confesionalidad sociológica del Estado” 32 años después de que se promulgase la Constitución. Yo creo que tiene toda la razón. Y estoy de acuerdo con la idea de los Grandes Maestros masones: ¿por qué hay que incluir en nuestra declaración de la renta una casilla desde la que es posible financiar a la Iglesia católica? ¿En nombre de qué? ¿Quieren los católicos dar dinero a sus curas? Perfecto, que lo hagan. España está llena de iglesias, y las iglesias llenas de cepillos petitorios. Todo el mundo que pide o que necesita dinero (asociaciones de todo género, ONG, iniciativas ciudadanas) hace público un número de cuenta corriente en el que cada cual puede hacer, si así lo considera oportuno, el correspondiente ingreso. Pero ¿en la declaración del IRPF? ¿Por qué? O, nunca mejor dicho, ¿a santo de qué?

El Gobierno parece estar pensando no en solucionar el problema (como hicieron en Francia hace un siglo) sino en multiplicarlo: la idea es, según algunos, tratar a todas las confesiones por igual, sí, pero no según el concepto de igualdad laico… sino tratarlas igual que se trata a la confesión católica. Imagínense la locura de encontrarse, en el impreso del IRPF, ciento ochenta casillas para que cada cual escoja su religión o secta preferida; un plan de estudios en el que se ofrezcan al aterrorizado niño clases de islam, judaísmo, anabaptismo, adventismo, todas las ramas del budismo y, no faltaba más, cienciología; las paredes de las aulas hechas un bazar con cruces de cuarenta clases, estrellas, lunas, soles y yo qué sé qué más. Y todo a cargo, claro, de los Presupuestos Generales del Estado. Pobre ministro Gabilondo.

Creo que la solución más sensata y más constitucional es la que proponían los masones en el Ateneo: quien quiera religión, que se la pague y que la disfrute con salud. Que mande a sus hijos a la parroquia, a la madrasa, a la sinagoga o a la estación espacial internacional si eso es lo que se le antoja, pero, eso sí, fuera del horario lectivo, sin dinero público de por medio y con la garantía de que, en la escuela, a la criatura se le va a enseñar lo que debe aprender todo el mundo, que son materias científicas, humanidades, oficios y educación constitucional y democrática. Sí, he dicho bien: educación para la ciudadanía, para la convivencia en paz, libertad, tolerancia y respeto. Que es lo que propugna la Constitución.

¿Cómo se llama eso? Laicismo. Así de claro. No laicidad, que es un término que no existe, un galicismo que nace de laicité. Que se traduce correctamente, en español, por laicismo.

Alguno dirá: ya están los masones, esos comecuras, prendiendo la antorcha para quemar iglesias. Bien, es inevitable. De sobras sé que es por completo imposible convencer de nada a los fanáticos ni a quienes se creen en posesión de la verdad, sea revelada (es lo más frecuente, así no hay que pensar) o sea fruto del propio mecanismo mental, que para el caso es lo mismo. Porque es mentira que los masones sean anticlericales. O antirreligiosos. Entre ellos hay numerosísimos cristianos, y también musulmanes, budistas, agnósticos y ateos. Pero cualquier persona medianamente informada sabe que en las logias masónicas no se habla jamás de religión: cada cual puede creer en lo que quiera y nadie le pregunta nada a nadie. Lo que sí defienden, como acabamos de ver, es la libertad, la democracia, la tolerancia y el respeto a los demás. A todos los demás. Lo que defienden es un espacio común de convivencia, laico y constitucional, en el que quepamos todos los ciudadanos.

Y el que quiera rezar, pues que rece en su casa o en su templo, que para eso están la libertad individual y los templos.

Por cierto: ¿alguien se imagina una discusión como esta en Alemania, en Francia, en Suiza, en Suecia o en el Reino Unido? Resulta difícil, ¿verdad?

Lo decía Bertolt Brecht: malos tiempos aquellos en los que es necesario defender lo evidente.

POR QUÉ ME DI A LA BEBIDA


Que corra el alcohol. Hoy cumplo 37.