--¿Cómo ayudar a prevenir los matrimonios nulos en una parroquia?
--Fray Nikolaus Schöch: Aconseja la experiencia que las investigaciones y expediente se hagan -siempre que sea posible- con la suficiente antelación y holgura de tiempo, porque, en su desarrollo, pueden surgir algunos elementos que requieran más amplia y profunda investigación. Así se evitarán precipitaciones y premuras de última hora, que originan nerviosismo y angustia en los contrayentes y sus familias; y, sobre todo, en el mismo párroco a quien corresponde asistir al matrimonio.
Esta holgura de tiempo (varios meses) resulta especialmente aconsejable cuando los contrayentes son de diócesis distintas, para permitir a las curias respectivas la tramitación necesaria.
En la atención pastoral, en la catequesis y en la celebración se han de ver reflejadas las situaciones especiales, como son los matrimonios precipitados para salvaguardar la buena fama y los realizados para legalizar una situación. En situaciones de previo embarazo ha de quedar claro que la legitimación de la futura prole no es causa que justifique un matrimonio que, por otros aspectos, sea desaconsejable.
Estos puntos son de singular importancia en el examen de contrayentes y testigos, dada la "mentalidad divorcista" que se va contagiando en los jóvenes y la creciente actitud antinatalista. La indisolubilidad y la ordenación a la prole deben quedar claramente no excluidas en la voluntad consensual. Ahí tiene el párroco una gran tarea de discernimiento y de investigación.
No siempre se puede dar por supuesta la madurez psicológica de los contrayentes. La percepción de un defecto en este sentido debe conducir a un examen por parte de un experto.
--En una sociedad global, ¿cómo pueden los sacerdotes imitar al santo cura de Ars, san Juan María Vianney en su ministerio sacerdotal?
--Fray Nikolaus Schöch: En un mundo en el que la visión común de la vida comprende cada vez menos lo sagrado, en cuyo lugar lo "funcional" se convierte en la única categoría decisiva, la concepción católica del sacerdocio podría correr el riesgo de perder su consideración natural, a veces incluso dentro de la conciencia eclesial.
La parroquia de Ars era una parroquia de campesinos y muy pequeña con solamente 230 fieles. Sin embargo, se recuerda que san Juan María Vianney no solo ayudaba los sacerdotes enfermos en las parroquias vecinas sino ofreció su constante servicio de confesor y de director de almas a miles de fieles que llegaban en siempre mayor número de todas las partes de Francia.
Con frecuencia, tanto en los ambientes teológicos como también en la práctica pastoral concreta y de formación del clero, se confrontan, y a veces se oponen, dos concepciones distintas del sacerdocio descritas recientemente por el Papa Benedicto XVI:
a) La concepción social-funcional que define la esencia del sacerdocio con el concepto de "servicio": el servicio a la comunidad, en la realización de una función. La concepción de servicio corresponde al primado de la Palabra y del servicio del anuncio.
b) La concepción sacramental-ontológica, que naturalmente no niega el carácter de servicio del sacerdocio, pero ".. lo ve anclado en el ser del ministro y considera que este ser está determinado por un don concedido por el Señor a través de la mediación de la Iglesia, cuyo nombre es sacramento" (J. Ratzinger, Ministerio y vida del sacerdote, en Elementi di Teologia fondamentale. Saggio su fede e ministero, Brescia 2005, p. 165).
La concepción ontológico-sacramental está vinculada al primado de la Eucaristía, en el binomio "sacerdocio-sacrificio".