Lo que a las 2 de la mañana te parecen cuestiones importantísismas que discutir, con unos grandes amigos, brindando con patxarán o con limón y rón, tras una opípara cena regada con txacolí en can Trepárboles, a las 5 de la mañana al sonar el despertador no te parecen más que desvaríos absurdos.
Pero pasadas las horas las cosas vuelven a cobrar sentido, la luz de la mañana nos permite ver con claridad, el viento se lleva las nubes, y recordamos los importantes asuntos discutidos en la noche.
La llamada de lo salvaje, regresar al agro. Vivir quizás en una casita, sentado en el porche, con un perro a tus pies y una escopeta en la mano, y con unos vecinos orientales.
En cualquier caso, Feliz Navidad para todos.