Matar hijos y un apestoso lodazal ( caso Orlando Zapata Tamayo)

Matar hijos y un apestoso lodazal
Por: José María Izquierdo



Voy a proponerles hoy un juego de comparaciones que puede resultar instructivo.

Enseñar deleitando, ya saben. Vamos a coger un hecho tan lamentable y bárbaro como la muerte del preso Orlando Zapata en Cuba para disfrutar de las variaciones de una misma sintonía. Hay quien logra sacar sonidos contundentes al piano, quien rasga enérgicamente la guitarra y, ay, quien intenta seguir la melodía y solo consigue convertirla en un concierto de ruidos, gruñidos y caos. La prensa militante de la derecha hace lo que le corresponde, faltaría más, y ha aprovechado la deplorable muerte de Zapata para patear al Gobierno, con fijación casi enfermiza por la tibia de Moratinos por sus relaciones con el régimen castrista. Y lo hace en un tono que al seguir leyendo les parecerá incluso melifluo. Porque hay otros más allá, los que acostumbran a moverse en el mundo salvaje de la selva, que graznan, mugen o berrean. Y, ya lo verán ustedes, es favor que les hago.

Antes, como siempre, un poco de aquí y otro de allí para catar el abundante menú.

Portada de La Razón, que escoge una frase infamante de los curas jefes que asusta: “La Iglesia pide movilizarse contra la ‘licencia para matar hijos’”. Leña en el editorial para algunos políticos católicos: “Antes del verano, España se habrá convertido en una especie de paraíso del aborto (…) gracias al apoyo de tres senadores de Convergencia Democrática de Cataluña y los del PNV, todos ellos encuadrados en un ideario basado en el humanismo cristiano.” Alfonso Ussía, como siempre, sutil: “No termino de entender que el asesinato de doscientos mil niños indefensos sea beneficioso para nuestra salud”. Sigan con el resto de su artículo: no desmerece.

Carlos Rodriguez Braun no cambia su habitual registro económico y la emprende de nuevo contra Smiley (Zapatero), por decir barbaridades como que los responsables de la crisis son los “especuladores y los que inventaron productos financieros”, y su causa última “la avaricia, el dejar hacer y la falta de regulación”. Ya ven, cómo podrá creerse alguien esas paparruchas, cuando todo el mundo sabe que la crisis se debe a la subida de impuestos (lo dice él) y a la insaciable provocación de los trabajadores, que quieren, incluso, conservar el empleo o, el colmo, que no se les baje el salario. ¡Eso sí es avaricia! (lo digo yo).

Viene después nuestro amigo Ignacio Villa, el madrugador de la emisora de los obispos y columnista habitual en La Razón, ésta es su casa. Martillo de herejes, ejemplo vivo de la intolerancia ante todo lo que se menea más allá de la carcundia más estricta, nos muestra hoy su lado osito de peluche. Y se marca unas líneas que “pretenden ser una defensa de la actitud de [Nacho (sic) Uriarte]”, ese joven diputado del PP al que le pilló la poli algo beodo a las siete de la mañana, jugando en la vía pública a chocar con otros coches. Con su dimisión de la Comisión de Seguridad Vial, Uriarte ha estado tan gallardo, ha actuado tan meritoriamente, que a Ignacio Villa, uno lo adivina, se le saltan las lágrimas: “Uriarte es un chico que ronda los 30 años (…) de carne y hueso y por lo tanto puede cometer errores personales como cualquier hijo de vecino (…) Es muy fácil, desde luego sacar el cañón de artillería y disparar políticamente contra Uriarte (…) ¿Objetivo? Pues el de siempre, búsqueda maloliente de carnaza”. Hay que tener la cara de cemento…

En el Abc, seleccionamos hoy a Fernando Fernández, que anima a Zapatero, ya que está acabado -“El pato cojo”-, a hacer justo lo contrario de lo que ha hecho hasta ahora para dejar el recuerdo de un gran hombre político. Fernández se nos muestra poco partidario de Zapatero: “Llegó al poder en 2004 con un país traumatizado por un tremendo atentado terrorista que fracturó a la sociedad y en vez de curar la herida, se puso a la cabeza de la media España que quería responsabilizar a la otra media (…) Se ha mantenido en el mismo con unas política sectaria diseñada para aislar al Partido Popular, o sea a diez millones largos de españoles”. ¿Les suena esta monserga? ¿Es posible que les recuerde a algo o alguien?

Iba a añadirles alguna cosilla de Carrascal o Camacho, pero tampoco quiero que ustedes se me empachen de obscenidades. A poquitos, que sabe mejor.

Y vamos ya con nuestros juegos recreativos, lenitivo contra el aburrimiento para gente de toda edad y condición. Veamos, pues, como han editorializado Abc, El Mundo y La Razón, en un crescendo suave pero apreciable, sobre la muerte de Zapata:

Abc. “Incapaz de condenar ayer el crimen que representa la muerte del disidente cubano, Zapatero debe reflexionar antes de que sea demasiado tarde, porque llegará un día en que los cada vez más numerosos ciudadanos cubanos que luchan pacíficamente por la libertad vean la caída de la dictadura y recuerden entonces de qué lado estuvo España cuando ellos eran perseguidos”

El Mundo: "La postura del Gobierno hacia Cuba es (…) cada día más incomprensible y vergonzosa".

La Razón: “Ni el Ministerio de Exteriores ni el PSOE se atrevieron a condenar ayer la dictadura y sus crímenes cuando el PP lo propuso en el Congreso. En su lugar, y forzados por las circunstancias, se limitaron a reprobar genéricamente la falta de libertad y los abusos en el mundo, lo que demuestra su condescendencia patológica con un régimen que a esa hora desataba otra ola de arrestos entre opositores”.

Y ahora, de cabeza a la charca, al pantano. Ese comunicado de todos los partidos se hacía eco de la "consternación" que la noticia de la muerte de Zapata había causado "entre las fuerzas políticas y en la sociedad española que mantiene un vínculo muy sólido con la sociedad cubana", mostraba "su más profunda condolencia a la familia y amigos de Orlando Zapata” y manifestaba su honda preocupación por la "situación de los presos de conciencia en Cuba, cuya libertad, hoy, vuelve a pedir".

Lean ustedes, desnuda, la valoración de Federico Jiménez Losantos de ese texto en su blog:

Esta casta descastada, mansa y pregonada, resabiada de la vista y con querencia a toriles, que no merece llamarse española pero que representa muy bien esa continua limpieza de corrales, lidia de saldos y procesión de cornigachos, bizcos y escobillados en el ruedo político, ha producido tras el asesinato de Orlando Zapata en Cuba una birrionota que autoriza cualquier fantasía higiénica si no fuera a ensuciar lo que limpiase, antes incluso de tocarlo.”


Así empieza, para acabar con el siguiente derrote a la Casa Real: “Ni el Rey ni los Príncipes fueron a Honduras a la toma de posesión del nuevo y legítimo Gobierno, enemigo de los Castro, Chávez y demás gorilas. Pero a Castro no le fallan en las cenagosas cumbres iberoamericanas. Aún recordamos a Juan Carlos y Fidel abrazados y achispados brindando en Oporto. ¿Por qué brindaban? ¿Por los Orlandos Zapata asesinados en la Isla-Cárcel? ¿Dirá algo el Rey contra los asesinatos castristas, o dirá lo de siempre, o sea, nada? (…) ¡Qué triste ser español, representado por esta piara!"


Y ya puestos, provéanse de impermeable y otras prendas protectoras, mismamente como si estuvieran en las cataratas del Niágara o en Iguazú. Y sumerjámonos en el cenagal, el fango, la montaña de estiércol:


Blog de Pío Moa: “¿Cómo va a condenar al castrismo un Charlamento envilecido, formado mayoritariamente por delincuentes pro terroristas y pro chekistas, miembros de partidos corruptos hasta la médula y encubridores del 11-m la chusma de las Cortes, esas gentes de la trola, el choriceo y el puterío?”


No sorprende lo soez en el arriero, ¿pero no les inquieta y asusta esa virulencia y zafiedad en quiénes pavonean de reputados historiadores o enciclopédicos eruditos?