Leo hoy que en Vancouver un grupo de unos 250 manifestantes, vestidos de negro y con las caras cubiertas, se dedicaron a volcar buzones, destrozar escaparates y a otros actos vandálicos en el camino de la ruta olímpica, en señal de su rechazo a los Juegos Olímpicos.
Comportamiento absurdo, estar en contra de los Juegos Olímpicos y destrozar por ello escaparates ajenos. ¡Cómo me gustaría que un grupo de manifestantes en contra de la caspa destrozaran las casas de estos 250 cabrones! Y cuando les preguntaran la razón, les podrían responder "Eh tío, ¡estamos en contra de la caspa!".