Lelo Messi, el enano hormonado, marcó el domingo en Zaragoza un gol de esos estratosféricos, de esos que hacen recordar inmediatamente al gol que les endosó el Barrilete Cósmico a los de la Pérfida Albión en el Mundial de México, cuartos de final, ya sabéis:
Terry Butcher (no confundir con el follatabiques del capitán actual del Chelsea), nació en Singapur (los hombres de verdad nacen en lugares como ese, o en Albuquerque o Coria), y era otro de esos machos reproductores, un hombre de verdad, que campaban por las canchas de fútbol cuando éramos más jóvenes.
Lo demostró sobradamente en Suecia, durante el partido de clasificación para el Mundial de Italia, 6 de septiembre de 1989, cuando en los primeros minutos se hizo una gran brecha que no le impidió terminar el partido a pesar de jugar de defensa central y sangrar como un cerdo a causa de todos los despejes de cabeza que tenía que pegar. Ahí le tienen posando alegremente, con una mirada que recuerda a Marty Feldman y la camiseta Pross teñida de magenta.
¿Dónde están esos jugadores hoy en día? ¿Por qué tenemos que aguantar a Guti-Fashion? Eran Machotes como Gordillo, que jugaba sin espinilleras. Hombretones como Camacho, que sudan por los sobacos. El manito Hugo Sánchez llegaba a rematar de cabeza las botellas que le arrojaban en los estadios.
Pues uno de esos ingleses a los que el Barrilete dejó en el camino era Terry Butcher. De hecho el chaval tenía tanto pundonor que fue el único defensor inglés al que el Pelusa tuvo que regatear dos veces.“¡Quiero llorar! ¡Dios santo, viva el fútbol, golaaaazo!
¡Diegoooool!!! Maradona! Es para llorar, perdónenme. Maradona, en una corrida
memorable, en la jugada de todos los tiempos, Barrilete Cósmico ¿de
qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés?”
Terry Butcher (no confundir con el follatabiques del capitán actual del Chelsea), nació en Singapur (los hombres de verdad nacen en lugares como ese, o en Albuquerque o Coria), y era otro de esos machos reproductores, un hombre de verdad, que campaban por las canchas de fútbol cuando éramos más jóvenes.
Lo demostró sobradamente en Suecia, durante el partido de clasificación para el Mundial de Italia, 6 de septiembre de 1989, cuando en los primeros minutos se hizo una gran brecha que no le impidió terminar el partido a pesar de jugar de defensa central y sangrar como un cerdo a causa de todos los despejes de cabeza que tenía que pegar. Ahí le tienen posando alegremente, con una mirada que recuerda a Marty Feldman y la camiseta Pross teñida de magenta.
¿Dónde están esos jugadores hoy en día? ¿Por qué tenemos que aguantar a Guti-Fashion? Eran Machotes como Gordillo, que jugaba sin espinilleras. Hombretones como Camacho, que sudan por los sobacos. El manito Hugo Sánchez llegaba a rematar de cabeza las botellas que le arrojaban en los estadios.