February 6, 2010
Se está preparando ya la segunda cruzada* y acabamos de empezar el siglo. Una guerra contra el anonimato* en el momento de la historia en que menos anónimos somos. Cuando se monitoriza, registra y almacena todo lo que hacemos, decimos y pensamos en la red, ¿la gran amenaza para la paz y la seguridad consiste en no saber quiénes somos? ¿Quién no lo sabe? ¿La amenaza no es que no sepamos en absoluto quién recopila toda esa información sobre nosotros y para quién lo hace?
Pues aunque parezca mentira, son muchos los necios* que se unen a la nueva cruzada contra el “peligroso infiel” que llevamos dentro, mientras siguen ejerciendo de cruzados en la lucha contra el infiel que salió del photoshop*. Se apresuran a dar un paso al frente, siempre dispuestos a humillarse un poco más, a encontrar un motivo más para no rebelarse: no tienen nada que ocultar y para demostrarlo dejarán que además los fotografíen desnudos*, a ellos, a sus hermanos y hermanas, a sus padres y madres, a sus hijos e hijas, cada vez que vayan a subirse a un avión. Para ellos, el anonimato de quien posee y utiliza unas tecnologías que son el sueño húmedo de cualquier cotilla o mirón no es un peligro, el nuestro sí. Ni es un insulto que invadan su intimidad, pero que nosotros critiquemos su pasividad ante ello sí. Por eso no se rebelarán contra ellos, pero sí contra quienes protestemos, nos neguemos a obedecer y nos rebelemos. Nos denunciarán y pedirán que nos eliminen para siempre. Porque ponemos en evidencia el estado de sumisión total en el que viven, su cobardía sin límites.
Estos entes sin dignidad ni conciencia son el más terrible de los instrumentos de represión, la más poderosa de las armas de destrucción masiva. Son los cimientos sobre los que se alza el templo de la mentira desde el que se gobierna el mundo. Un templo que sin ellos se desmoronaría. Son el ejército colaboracionista que hace imposible la revolución pacífica. Son, por tanto, quienes harán inevitable la revolución violenta.
Un rico de los de antes, de los listos, de los que sabían que la supervivencia del rico depende de controlar su avaricia para que el pobre tenga, o al menos crea que tiene, algo que perder si se rebela, fue quien pronunció la frase sobre la revolución* a la que me refiero al final del párrafo anterior y que figura al principio del videoclip* que os dejo a continuación. Rise Against* interpreta Re-Education (Through Labor)*. Los ricos de hoy no parecen tan listos o son demasiado avariciosos, afortunadamente quizás para los pobres.