Siria

La policía siria abre fuego contra los asistentes a los funerales en Damasco
El régimen de El Asad vuelve a reprimir a los manifestantes después de ahogar en sangre las protestas que ayer reclamaron el fin de la dictadura

REUTERS | Annán 23/04/2011


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Decenas de miles de personas participan esta mañana en los multitudinarios funerales por el casi centenar de muertos que ayer provocó la feroz represión del régimen de Bachar el Asad para aplacar las ansias de democracia y libertad de los manifestantes que exigieron en masivas protestas el derrocamiento de la dictuadura y el fin de la corrupción en el país árabe. Al igual que en la jornada de ayer, la más sangrienta desde que estalló la revuelta hace un mes, los opositores han clamado por el fin de la dictadura que dirige los designios de Siria desde hace más de cuatro décadas.

* Las protestas se tiñen de sangre en Siria


Siria
A FONDO

Capital:
Damasco.

Gobierno:
Régimen Militar.

Población:
19,747,586 (est. 2008)


Testigos citados por la agencia Reuters aseguran que las fuerzas de seguridad han abierto fuego contra la multitud que atendía uno de los funerales en el barrio de Douma, en Damasco, causando al menos tres heridos. En la localidad de Izra'a, al sur de la capital, la policía también ha disparado contra las personas que intentaban unirse a los doce funerales que recorren el lugar. Los manifestantes gritan "¡Bachar el Asad, traidor!", entre otras soflamas.

Es el peor escenario, pero el más previsible, tras la sangrienta represión que ayer ahogó las protestas contra el régimen. Los policías y matones a sueldo de El Asad dispararon contra las multitudes desarmadas y dejaron al menos 30 cadáveres, aunque fuentes de la oposición aseguraron que la cifra real de víctimas asciende a 80. Grupos de defensa de los derechos humanos consideran que la cifra de muertos supera al menos los 70.

Los comités locales de coordinación que agrupan a los activistas de cada región siria han elaborado una lista con los nombres de 88 activistas que perdieron ayer la vida en las distintas manifestaciones que se desarrollaron en Latakia, Homs, Hama, Damasco y en la localidad de Izra'a, al sur del país árabe.

La jornada de ayer fue de largo la más sangrienta del último mes, jalonado por protestas que demandan libertades políticas y el fin de la corrupción. "Los funerales se convertirán en protestas vehementes, como los anteriores funerales", ha explicado un activista sirio a la agencia Reuters, al tiempo que ha vaticinado un nuevo baño de sangre. "Cuando las fuerzas de seguridad ejercen el papel de matón es difícil de imaginar que no vayan a disparar de nuevo contra la multitud", ha lamentado este opositor desde Damasco.

Vínculos con Irán

El presidente estadounidense Barack Obama condenó ayer enérgicamente la violencia en Siria y culpó de la misma al régimen de El Asad, al que acusó de buscar el apoyo de Irán para sofocar la revolución. "Este uso desmesurado de la violencia para silenciar las protestas debe de finalizar inmediatamente", advirtió el mandatario estadounidense en un comunicado. "En vez de escuchar a su pueblo, el presidente Asad culpa a los extranjertos mientras busca el auxilio de Irán para reprimir a los ciudadano sirios".

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, también se unió a la condena estadounidense y expresó su "honda preocupación" por los acontecimientos en Siria. "Las autoridades sirias deben de dejar de usar la violencia contra sus ciudadanos. De nuevo exigimos la apertura urgente de un diálogo politico que culmine en la adopción de las reformas que legítimamente demanda el pueblo sirio". Amnistía Internacional también ha lamentado que las autoridades sirias "hayan vuelto a responder con balas y palos a los llamamientos pacíficos de cambio".

Las protestas del viernes santo se desarrollaron pese a la decisión adoptada en la víspera por el régimen de levantar el estado de emergencia, vigente en el país desde que el partido Baz se hizo con el poder hace 48 años.

Un comunicado del comité que agrupa a los opositores advirtió ayer de que el decreto gubernamental que deja sin efecto el estado de emergencia era inútil si al mismo tiempo no se liberaba a los miles de presos políticos, la mayoría encarcelados sin juicio previo, y se desmantelaba el aparato de seguridad.

La cifra de muertos supera los 300, según cálculos de grupos de derechos humanos, desde que estallaran las revueltas en la ciudad sureña de Deraa el pasado 18 de marzo.