Las fuentes de la cristiandad

Púlpito de St. Mary, la parroquia universitaria de Oxford desde el que predicaba Newman.

No sé cuándo comencé a considerar que la antigüedad era la verdadera fuente de las doctrinas de la cristiandad... Estas doctrinas se basaban en el principio místico o sacramental, y hablaban de varias dispensaciones o economías del Eterno. Entendí que estos pasajes querían decir que el mundo exterior, físico e histórico, era sólo manifestación para nuestros sentidos de realidades más grandes que él mismo. La naturaleza era una parábola; la Escritura, una alegoría; la literatura, filosofía y mitología paganas habían sido mera preparación para el Evangelio. Los poetas y sabios griegos habían sido, en cierto sentido, profetas, pues a estos sublimes bardos les fueron dados pensamientos más allá de su pensamiento.

Cardenal John Henry Newman, Apología pro vita sua, p. 49.