Los espíritus falsos

Espíritus falsos son aquellos que no tienen el sentimiento de lo verdadero, y sí sus definiciones; que miran en su cerebro, en lugar de mirar lo que tienen ante sus ojos; que, en sus deliberaciones, consultan las ideas que tienen de las cosas, y no las cosas mismas.” Joubert

Bienquisto don Gabino:
Cuando la neblina parece impenetrable, hay que pegarse al suelo para ver más lejos. No hay que renunciar a la cabeza, digamos, sino abajarla para no confundir figuras y acabar estrellados. Y eso es propio de los buenos espíritus, que por hacerse pequeños Dios le concede su sabiduría. 


Tengo en mi contra ser joven y no ser erudito; y a mi favor, sólo este pequeño y descosido libro que encontré en mi biblioteca y que ahora releo con gusto. Se trata de “La cabeza bien formada” de Charmot (lo conseguí hace un años a $10 en el desecho de un colegio “católico”). Tiene que ver con algo que conversábamos en la última tertulia: sobre cómo distinguir los falsos espíritus, sobre cómo prevenirse de no caer en sus redes, sobre cómo evadirse de sus abanderados, e via dicendo… 
Sería divertido rememorar ese encuentro y dejar que los amigos continúen masticando el asunto. Pero mejor parece proponer un punto de partida más alto. Y por eso se me ocurrió enviarle algunas líneas preclaras, que bien pueden servirnos de prevención, examen y reflexión. 
Siempre será conveniente no decir nada, cuando uno no tiene nada por decir. Así, pues, sin más dilaciones, transcribo aquí lo que me interesa compartirle: 
Sobre los espíritus geométricos:
. “Llamamos así a los que carecen de espíritu de sutileza en los problemas donde la verdadera solución no es hallada más que por el espíritu de sutileza (…) el espíritu geométrico, vigoroso en el razonamiento, se convierte en espíritu falso cuando emplea la lógica abstracta y deductiva donde ella no tiene lugar y donde la verdad, como el agua de las mallas de una red, escapa a las prisiones del raciocinio.”
. “La lógica abstracta y rigurosa de un Alcestes transforma todas las relaciones sociales en disputas, en duelos, en roces, en rupturas.”
. “El espíritu de sutileza es intuitivo; como discierne las relaciones que las cosas tienen entre sí, una nota, una palabra, un color, un gesto, le bastan para descubrir todo un mundo de correspondencias y de armónicos en lejana vibración”.
. “La estrechez de espíritu puede provenir de la mezquindad de carácter (…) La estrechez de espíritu resulta de una vista reducida del mundo.”

Sobre los espíritus denigrantes:
. “Los espíritus denigrantes son ciegos en parte; miopes, si se quiere. Dotados de una percepción aguda del mal, no perciben para nada el bien; y por eso mismo carecen de clarividencia, de discernimiento, es decir, de espíritu crítico en el buen sentido de la palabra.”
. “Un juicio es siempre una especie de confesión; por sus apreciaciones se manifiesta el valor de su inteligencia, de su gusto, de sus principios, de su sentimiento. Con frecuencia se traiciona la propia mediocridad a los oídos de los conocedores. La incomprensión de ciertas sutilezas de razonamiento o de profesión artística aparece ridícula ante quienes tienen el sentido de ella.”
. “Los espíritus justos comprenden la necesidad de estos miramientos saludables que manifiestan la bondad de la Providencia; y al mismo tiempo mantienen la absoluta firmeza de los principios. Los espíritus mal formados no comprenden esta actitud y no perdonan a las personas; la verdad es en sus manos una fuerza orgullosa que no se contiene y que aplasta a los débiles.”
Y el autor avanza en sus pensamientos, desenmascarando los espíritus en facetas, no realistas, apasionados, superficiales. Pero hasta aquí lo referente a la reunión pasada, y a una cierta propensión que puede hallarse en algunos blogs y otros comentadores de "tecla fácil". 
Al que le quede el saco, ¡que se lo ponga!
Con la amistad a cuestas, lo saluda
El poeta