en un semaforo, con las luces PUESTAS...
y mas salidorro que ciertos fuckFACEBOOKIES, vamos que leo "mostrar todo" aqui abajo en las opciones de entrada y me pongo calentorro...
pero bueno, immmmmerso en la contemplacion filosofica de los pesares, andaba yo cruzando el siempre-cambiante semaforo cerca del RITZ, cuya terraza-tico todavia no conozco, tiempo al tiempo, cuando me di cuenta que esta bonita señorita estaba a mi lado, y ni facia intencion de darme calderilla ni llevarse la mano a la nariz...PUES, YA LO CONSIDERO YO ligoteo del puro y duro...yeeee!
y me deleite con la idea de acercarme un poco mas y CHIT-CHATEAR como buen hijo de lazarillo patrio, quizas espoleado por la inventiva galego-reacia de un rajoy-di mas aspaventado, o quizas mejor aun em-pepiñado en meter la llaga en el dedo, como los anti-crisis que no se despeinan de nuestro reino-sin-politica, ah, ah,....pero no, LA LUZ VERDE dio paso a mis velocipes y preferi guardar ambas, compostura y RECUERDO DE UN BREVE YET INTENSO pracer, en mi mochila, en mi guarida, en la capucha violenta de mi cerebelo relajado
el ALCOOOLIZAMIENTO nordico que luego siguio no merece ni poust ni leches...SE DISFRUTO hasta llegar de vuelta a los suelos, las barbas apestosas, los caretos de verdun y el esto-mago repitiendo trucos alimenticios...oh, oh, asi es el mundo....de la mas alta y sutil destilacion imaginada al infierno COCHAMBROSO PERO TAN RIDICULAMENTE apañado del "terrenal ahogando"....jajajaja
salud, buen finde
and...."where is my gordo?"
oh oh
Pan de Tiempos Bíblicos y Pan de Vida
Hoy la receta es contrario a lo que hacemos normalmente en que te invitamos a compartir con alguien el proceso... esta vez te pedimos que compartas el proceso contigo mismo.
¿Cómo es eso? Te proponemos un ejercicio de espiritualidad mientras haces este pan, luego puedes compartirlo con otros. Mientras hagas este proceso piensa en toda y cada una de las partes, piensa cómo así como el pan fuimos formados del polvo, una forma simbólica de decirnos "de la nada", de la ignorancia y del no saber, para ir creciendo en la fe y en los caminos de Dios. Para caminar de regreso al Padre. Así como esa masa cruda, inacabada pasa por proceso de calor, de horno, así pasa tu vida por épocas tristes o difíciles, de la misma manera esos procesos te ayudan a afirmar el carácter y a conocer tu alma, a tomar consistencia en tus ideas y de tu tiempo, tu mortalidad física y tu eternidad espiritual. Por otro lado con el mismo amor que haces tu pan, piensa que con mucho más amor Dios te ha modelado a ti, de forma única y especial. Y cuando tus panes estén listos y los lleves al horno, medita en cuánto has crecido, cuántos minutos has pasado en varios hornos. Pero qué bien se siente ya, viendo el problema atrás. Dios es nuestro maestro repostero, sólo ÉL sabe cuándo están sus panes, todos distintos, todos sabrosos. :)
Para que sepas un poco más de este pan...
El pan sin levadura o ácimo se elabora sin levadura, con harina integral y sin grasas. Puedes usar harina de trigo, cebada, u otros. Ácimo significa sin fermentar: el chapati algo similar a las pitas, las tortitas de maíz comunes en Centroamérica, la matzá o pan judío es la comida "oficial" de la Pascua judía y es probablemente el primer pan de la historia. Además te gustará saber que es mejor para la salud, se digiere fácilmente.
¿Qué necesitas?
- 1 libra de harina integral.
- 10 onzas de agua templada.
- 2 cucharadas de aceite de oliva.
- una pizca de sal
- ¿NADA MÁS? ¡NO. NADA MÁS!
¿Cómo lo hacemos?
- Hacemos una montaña de harina.
- Hacemos un hueco en el tope y ahí echamos el agua templada, la sal y una cucharada de aceite.
- Amasa todo durante unos 15 minutos y deja reposar envuelto en con un paño una hora.
- Pasado este tiempo se aplana la masa con un rodillo y se hace una lámina de un espesor aproximado de medio centímetro.
- Se coloca en una bandeja de horno, que habremos espolvoreado con harina, y se pincela con aceite de oliva.
- Recuerda precalentarlo a 220º y hornéalo durante 20 minutos.
Sabías que...
Para judíos y cristianos el pan ácimo, sin levadura o sin fermentar tiene un significado especial.
La tradición judeocristiana cuenta que el pueblo de Moisés salió huyendo intempestivamente de Egipto, sin mucho tiempo para terminar de preparar el pan, por lo que durante el viaje hacia Israel el pan que se consumió era pan ácimo o sin fermentar. Por ello los judíos elaboran un pan ácimo llamado Matzá para ser consumido durante la conmemoración de la salida de Egipto, conocida como Pésaj.
Los cristianos católicos empleamos durante el rito de la Eucaristía una especie de pan ácimo, sin levadura y sin fermentar en forma de oblea llamada hostia, el cuerpo de Cristo, en conmemoración de la última cena de Cristo con sus apóstoles durante la cual él tomó pan ácimo, lo partió y lo repartió a sus discípulos. (Fuente: Wikipedia)
Pan de Vida:
Te recomendamos el mejor de los panes. El de la Palabra así que no hay que presentártelo...
porque lo has visto cientos de veces. Pero ¿Lo conoces? O aún no lo has metido al horno. ¿Qué esperas para disfrutarlo?
La crispación furiosa - García Montero.
La gente está indignada, muy indignada. Si atendemos a las intervenciones de los oyentes en la radio o de los paseantes en los informativos de televisión, escuchamos argumentos de santa indignación. Los medios periodísticos se han convertido en una seleccionada representación pública del furor privado. Todo se somete en tiempos de crisis a la valoración económica. La angustia real o imaginaria de muchas familias hace que cualquier asunto, hasta el canto de los pájaros, parezca un derroche.
Las discusiones sociales estallan como si los problemas fuesen el fruto de un Estado manirroto. Se aprueba por fin el uso en el Senado de las lenguas oficiales de España, y brota el escándalo. La existencia de esas lenguas y sus literaturas supone una riqueza sociocultural que nos debería alegrar. Pero el debate se reduce a la furia por un gasto humilde. Los que más invocan el amor a España demuestran una antipatía furiosa ante una realidad española compartida.
No se trata de un caso aislado. Las autonomías son llamadas ahora al debate político para simplificar su significación con la palabra déficit. Las radios y las televisiones públicas no simbolizan una necesaria inversión colectiva en las informaciones veraces, sino un gasto inútil. En vez de discutir sobre la seriedad profesional de sus directores, hablamos de sus pérdidas. Los funcionarios también son un abuso de la administración, empeñada en contratar personal, ¡con un empleo estable!, para atender a sus ciudadanos. Y el coche oficial en el que un alcalde o un consejero van de un sitio a otro a lo largo de las 24 horas del día, de una inauguración a un conflicto, resulta un lujo inadmisible. No digamos ya el sueldo de los sindicalistas que pierden el tiempo de asamblea en asamblea y de negociación en negociación para conseguir un convenio colectivo justo y defender los derechos de los trabajadores. Todos estos gastos producen indignación. El Estado es culpable.
No es extraño. Cuando hay crisis, las familias miden los gastos en aquello que conocen. Aunque la Administración pública no es todo lo transparente que debiera, los ciudadanos tienen por lo menos noticias de sus comportamientos. La lógica de los bancos y las multinacionales es mucho más opaca y queda muy lejos de la sabiduría popular. Por eso las familias hacen cuentas y deciden recortar los gastos que comprenden, es decir, la merienda del niño, la pastilla del abuelo y la programación teatral a la que está enganchada la hija mayor. Como el pensamiento crítico ha desaparecido, a la familia ya no se le ocurre pensar en otro tipo de economías. ¿Quién se atreve a decir que necesita un salario más digno o que los bancos deberían abusar menos con los intereses de sus préstamos? ¿Quién protesta por las privatizaciones de las eléctricas o por la especulación en el precio de la gasolina?
Esta situación produce una mansedumbre furiosa. Todo el mundo está indignado, verdaderamente indignado, pero dentro de la mansedumbre, porque nadie se atreve a rebelarse contra el poder. La indignación es así un sentimiento de rabia impotente, enjaulado en ese conjunto de soledades que componen las multitudes del siglo XXI. Las ilusiones colectivas dejan su lugar a las furias insolidarias. Los chivos expiatorios de esta mansedumbre furiosa, insolidaria por definición, somos nosotros mismos. Nuestro odio rebota y nos deja sin derechos. Se me puede argumentar que los políticos son muy criticados. Aunque su descrédito exige un debate extenso, permítaseme aquí resumir mi argumento. El verdadero crimen de los políticos no ha sido causar la crisis con sus gastos, sino la irresponsabilidad cívica de no atreverse a poner firmes a los verdaderos causantes. Así que el rencor contra los políticos forma también parte de la mansedumbre furiosa, porque sólo sirve para desviar la atención del horizonte financiero. Si fuera de otro modo, sería impensable que el desgaste del PSOE supusiese la victoria del PP.
Aclaro que soy consciente de la necesidad de ajustar gastos en la Administración y de que hay comportamientos éticos inadmisibles. Pero no quiero referirme ahora a eso. Hablo de la mansedumbre furiosa de una sociedad que no dirige sus protestas a los culpables reales de sus humillaciones. Ante la violencia del poder, se enfada, pero mira hacia otro lado y deja pendiente el camino de una serena y firme rebeldía.
Del blog ASALTAR LOS CIELOS EN BLOGSPOT.COM
DE LA TRAICIÓN DE CLASE CONSIDERADA COMO UNA DE LAS BELLAS ARTES
Con licencia de Thomas de Quincey, que ha inspirado el título de este artículo.
Marat
Historia de una infamia relatada por sus actores: Paganini (Gobierno, patronal, FMI) y sus asalariados de la traición de clase (CCOO y OGeTe):
"La historia se repite dos veces, la primera como tragedia (Huelga General del 29-S a la que los asalariados de la traición de clase fueron diciendo que era "una putada tener que convocar una Huelga General"), la segunda como farsa" (tras una Huelga General hecha para traicionar la lucha y lograr convertirse de nuevo en "interlocutor necesario").
La escenificación de "desacuerdos" de CCOO y OGeTe en sus escabrosas escenas del sofá con el Gobierno no es otra cosa que un intento de representar un sainete de púdica doncella esquiva a los requerimientos lúbricos de Don Juan (Gobierno, patronal, FMI) para su adocenada y apesebrada base de memos desmovilizados.
La conjura de los miserables daña del modo más indecente al auténtico sindicalismo de clase y abre las vías a la derecha PPera para que su futura cirugía de caballo golpee a los trabajadores como el mazo de Thor y lo haga entre la resignación social más desoladora que pueda imaginarse.
A menudo el caballo de Troya no es un regalo envenenado del enemigo declarado sino la traición de los que habitan dentro de la fortaleza sitiada.
Cubrir de salivazos el rostro de los canallas y a sus apologetas sería el acto más benévolo que podrían tener hacia ellos los trabajadores. Todo mi desprecio a esa caterva de pancistas y a sus apologetas con carné pero sin sangre.
Por insuficiente y mejorable que pueda ser el sindicalismo combativo de quienes sí se movilizan, hay en su voluntad de lucha infinitamente más dignidad que en las burocracias bienpagadas, en los delegados sindicales y las bases que callan, en los partidos de esa izquierda nominal que, desorientados y angustiados, se sorprenden de la traición de los mayoritarios pero no rompen con ellos, denunciando públicamente su ignominia.
Roma sí paga a traidores y lo hace bien, sea en especie (locales), en dinero sucio (con frecuencia alrededor de los momentos de negociación o “conflicto” pactado), bien en sinecuras particulares pero a todo cerdo le llega su San Martín.
La vileza de la que están haciendo gala acabará teniendo sus consecuencias porque hasta los más serviles y rastreros de quienes justifican el engaño y el apuñalamiento de los derechos de los trabajadores a manos de estos esbirros liberados del capital, hasta quienes los critican fieramente en petit comitè pero suavizan calculadamente sus condenas en público, acabarán pagando las consecuencias de la vileza de estos sEndEcatos verticales.
Se puede ser imbécil y cómplice de la traición mientras salga gratis pero la represión social que nos espera a todos con las nuevas leyes del Dracón liberal y las que vendrán después les alcanzará también a ellos, incluso a esos “sindicaleros” de comités de empresa de la función pública. También allí habrá despidos cuando los indecentes “mercados” exijan nuevos sacrificios humanos al dios Moloch. No hay bastante pesebre para tanto cabestro.
Es hora de comprender que quienes han unido su propia supervivencia y sus destinos al de este sistema que nos masacra son tan destruibles como el propio sistema al que sirven entregando a quienes en otro tiempo fueron sus hermanos. Ellos no son de nuestra clase. Ellos no son nuestro instrumento de lucha sino uno más de los aparatos que sustentan el sistema, lo legitiman y nos amordazan, después de desarmarnos y ponernos a los píes de los caballos del capital.
Aducir que no debe llamarse a abandonarlos en masa porque en ellos está la mayor parte de los trabajadores organizados y no hay sindicatos alternativos lo bastante fuertes para sustituirlos es, consciente o inconscientemente, tan criminal como defenderlos o justificarlos. Hace tiempo que esos organismos están muertos, sin sangre que circule por sus venas. En ellos sólo vegetan los que viven de parasitar a la clase trabajadora. No son organizaciones nuestras. Son otra cosa: nuestros enemigos, Actúan contra nosotros, nos apuñalan por la espalda, nos venden por 30 monedas no de plata, sino de cobre. Sus bases no son otra cosa que una burguesía mental y castrada para la lucha, mansos que ni siquiera los matadores al servicio del capital (gobiernos) quieren para un simulacro de lucha de clases porque deslucen la faena.
La lucha sindical y social ya no puede hacerse con ellos sino también contra ellos, los peores esquiroles.