“No podemos seguir utilizando los recursos marinos y acuáticos como si fueran infinitos. Y no podemos seguir usando nuestros océanos como un vertedero”, dijo al intervenir en la Cumbre sobre Economía Azul, celebrada este sábado y este lunes en Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos) ante un grupo de políticos de alto nivel, entre ellos jefes de Estado y ministros.
Graziano consideró necesario hacer cambios profundos en la forma en que se gestionan y utilizan los recursos marinos del planeta para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial y asegurar el bienestar de los países costeros e insulares. “Ha llegado la hora de un cambio radical en la gestión de los océanos”, añadió.
El principal responsable de la FAO abogó por plantearse seriamente las amenazas graves para la salud del océano, como la contaminación, la sobrepesca y las alteraciones meteorológicas y el aumento del nivel del mar causados por el cambio climático. "La salud de nuestro propio planeta, nuestra salud y la seguridad alimentaria, dependen de la forma en que tratamos el mundo azul”, agregó.
Al mismo tiempo, indicó que los medios de vida de un 12% de la población humana dependen de la pesca y la acuicultura, principalmente en los países en desarrollo, pero recalcó que un 30% de las poblaciones mundiales de peces están sobreexplotadas, agotadas o recuperándose del agotamiento, con pérdidas económicas en la pesca marina derivadas de una mala gestión, ineficacia y sobrepesca que ascienden anualmente a 50.000 millones de dólares (unos 37.000 millones de euros).
Graziano aseguró que el concepto de "economía azul", surgido en la Conferencia de Río+20 de 2012, desempeñará un papel importante en el logro de los objetivos mundiales de desarrollo sostenible.
El modelo de economía azul hace hincapié en la conservación y la gestión sostenible, basado en la premisa de que los ecosistemas oceánicos saludables son más productivos y representan la única manera de garantizar que las economías que dependen del mar sean sostenibles. También tiene como objetivo garantizar que los pequeños Estados insulares en desarrollo y los Estados costeros del mundo en desarrollo se beneficien de manera equitativa de sus recursos marinos.
FAO