El Gobierno no ha renovado el veto al sónar que evita la muerte de cetáceos en Canarias



Un cetáceo muerto en Fuerteventura.
Un cetáceo muerto en Fuerteventura. / M.Carrillo/Canarias Conservación


Un estudio realizado en Canarias acaba de demostrar que prohibir el sónar militar evita varamientos masivos de cetáceos.
 Hasta que se puso en vigor el veto, en 2004, Canarias era el lugar con más zifios varados y muertos del planeta por el uso de ese sistema. Tras ocho años, el estudio español confirma un cambio radical, con cero varamientos masivos desde que se implementó la norma. A pesar de esto, el Gobierno lleva año y medio sin renovar públicamente la restricción de este sistema en las islas.


“No se han producido varamientos masivos [dos o más animales] de zifios desde que se estableció la moratoria”, reconoce Antonio Fernández, coautor del estudio y uno de los pioneros en demostrar las lesiones que causa el sónar en cetáceos. Los resultados de este y otro trabajo liderado por Fernández, que dirige la División de Histología y Patología Animal de la Universidad de Las Palmas, reafirman la conexión entre los varamientos y el sónar.


Este sistema detecta naves enemigas en las profundidades lanzando fuertes pulsos de sonido que superan los 100 kilómetros de alcance. “La relación espacio-temporal de la muerte de zifios y sónares militares antisubmarinos de alta intensidad y media frecuencia es de un 100%”, detalla el investigador.


A pesar de esto, el Ministerio de Defensa no ha renovado públicamente el compromiso de que sus barcos no usen el sónar cerca de las islas desde diciembre de 2010, cuando expiró la última prórroga del acuerdo. Por el momento, ningún acuerdo publicado en el BOE impide usar el sónar cerca de Canarias.


Águila majestuosa


El nuevo estudio de Fernández recuerda que en julio de 2004 aparecieron cuatro zifios muertos en las costas de Fuertevetura y Lanzarote. Estos mamíferos marinos emparentados con los delfines y las ballenas habían muerto de forma repentina y sin causa aparente. Los investigadores encontraron calamares a medio digerir en sus estómagos y extrañas burbujas de gas dentro de sus órganos.


Ese mismo mes, las aguas del Atlántico frente a Canarias fueron escenario de una especie de guerra en tiempos de paz. EEUU y otros seis países de la OTAN, incluida España, mandaron 20.000 soldados a bordo de más de 20 barcos de combate para realizar cinco días de maniobras, del 11 al 15 de julio. Como parte de los ejercicios, que incluían cuatro portaaviones, se ensayó la caza de submarinos enemigos con sónar. La semana siguiente, los cuerpos de los cuatro zifios aparecieron en Lanzarote y Fuerteventura, islas próximas a la zona donde se realizaron los ejercicios militares, bautizados como Majestic Eagle (“águila majestuosa”, en inglés).


Varamientos múltiples de cetáceos


Los animales muertos no eran ninguna sorpresa. Durante décadas, las Canarias habían sido el punto del planeta donde habían aparecido más grupos de zifios varados sin motivo aparente. Según los cálculos de la propia OTAN, hasta aquel año  hubo más de 55 casos en Canarias, algunos de ellos en grupos de hasta 19 animales y muchos tras maniobras navales. Uno de los peores había sucedido dos años antes del águila majestuosa, cuando 14 zifios embarrancaron en las costas canarias tras Neo Tapón, unas prácticas de la OTAN de las que España fue anfitriona con la crisis del islote Perejil como fondo.
En 2004 la UE aprobó una recomendación de restringir el uso de sónar militar y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó una moratoria al uso de este sistema a menos de 90 kilómetros de las costas canarias, firmada entre Defensa y el Gobierno canario. Era la primera norma de este tipo que se aprobaba en Europa, según celebraron las organizaciones ecologistas.
Desde entonces Canarias ha sido el único territorio de España en el que se ha limitado el uso de sónar, según Fernández.  Esa única reserva establecida en España ha quedado ahora en un limbo legal. Ningún documento oficial publicado en el BOE recoge la extensión del veto al sónar más allá de diciembre de 2010. Sin embargo, las autoriades que firmaron el acuerdo aseguran que la moratoria sigue en pie, aunque el compromiso ya no esté negro sobre blanco.


“A pesar de que el Convenio venció en 2010, en la última reunión, el Ministerio de Defensa se comprometió a mantener la moratoria en el uso de sónares submarinos activos en aguas de Canarias hasta que se confeccionara un mapa de las áreas más sensibles o de mayor concentración de cetáceos en Canarias, a elaborar conjuntamente entre la Consejería [de Medio Ambiente] y el Ministerio de Medio Ambiente”, explica un portavoz del Gobierno canario.


La elaboración de ese mapa no tiene fecha prevista de finalización y no lleva ningún presupuesto asociado, según fuentes de la Consejería canaria. De hecho, en el Ministerio de Medio Ambiente no saben si el acuerdo para fijar las zonas sensibles se formalizó por escrito, según informan fuentes del departamento. Por su parte, Defensa se limita a confirmar que el plazo del acuerdo original expiró en diciembre de 2010.
Fernández cree “necesario” que se renueve el acuerdo expreso, ya que “es un referente mundial en la conservación de los cetáceos, en habla de todo un país y su sentimiento de conservación del medio ambiente”.


Las burbujas de la muerte


En 2003, Fernández fue el primero en advertir  en un artículo en Nature de los efectos que el sónar militar  estaba causando en zifios y otros grandes mamíferos marinos. En su último estudio, Fernández constata que la mayoría de animales varados en 2004 estaban aparentemente intactos (excluyendo los mordiscos que les pegaron los tiburones después de muertos y las lesiones de la descomposición). Sólo cuando se les practicó la necropsia se vio que sus órganos y tejidos estaban plagados de burbujas de gas, sobre todo nitrógeno. Fernández demostró que eran prueba de embolismo gaseoso, una acumulación excesiva de nitrógeno que sucede cuando se sube de forma brusca desde mucha profundidad.


“El embolismo gaseoso afecta a numerosos órganos y produce un efecto mecánico al bloquear la circulación sanguínea, es como si se mete aire en un circuito de gasolina, se bloquea”, resume Fernández. Es el mismo proceso conocido como “descompresión del buceador” que obliga a los submarinistas a hacer escalas en su regreso a la superficie si no quieren estallar por dentro.


Entre los mamíferos marinos, los zifios son los que más sufren los efectos del sónar. Estos animales viven en un tránsito pausado desde la superficie a zonas  de más de medio kilómetro de profundidad. “Si su patrón de buceo se altera bruscamente, como puede ser en una situación de pánico que se produciría por el uso de este tipo de sónares, la posibilidad de que padezcan un fenómeno descompresivo con formación de gran cantidad de burbujas de gas  es muy alta”, explica Fernández. “Este embolismo gaseoso causa lesiones graves en órganos vitales como el cerebro, corazón, pulmón y les llevaría a una muerte en pocas horas”, detalla.


Fuente: http://esmateria.com/2012/07/17/canarias-demuestra-que-prohibir-sonar-militar-frena-muerte-cetaceos/


Artículo científico:


"Decompression vs. decomposition: distribution, amount, and gas composition of bubbles in stranded marine mammals"

Citation: de Quirós YB, González-Diaz O, Arbelo M, Sierra E, Sacchini S and Fernández A (2012) Decompression vs. decomposition: distribution, amount, and gas composition of bubbles in stranded marine mammals. Front. Physio. 3:177. doi: 10.3389/fphys.2012.00177
Received: 03 February 2012; Accepted: 14 May 2012;
Published online: 04 June 2012.

Copyright:
 © 2012 Quirós, González-Diaz, Arbelo, Sierra, Sacchini and Fernández. This is an open-access article distributed under the terms of the Creative Commons Attribution Non Commercial License, which permits non-commercial use, distribution, and reproduction in other forums, provided the original authors and source are credited.
INFOGRAFÍA | Varamientos y maniobras militares de la OTAN / Materia






PEQUEÑA ESCUELA DE ORACION: LA ORACION CARMELITANA


Oración Carmelitana

Apagar la televisión y desconectarse de internet y del móvil es un buen comienzo para orar.

Orar requiere, en primer lugar, buscar un lugar cómodo, silencioso, ordenado y tranquilo. Buscamos un silencio exterior. No hace falta que sea absoluto y total, no es necesario irse a la cumbre de una montaña, basta con un entorno tranquilo donde uno pueda estar solo: una iglesia o tu cuarto, por ejemplo.

Podemos comenzar rezando el Padre Nuestro u otra oración, pensando en lo que decimos, muy despacio. En otros momentos podemos hablar con Dios como se habla con un amigo, imaginándonoslo junto a nosotros. A Dios Padre no podemos imaginarlo, pero sí a la imagen que hizo de sí mismo, su Hijo.

Teresa de Jesús lo dice así: “… que no es otra cosa oración mental – a mi parecer -, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.” (Vida 8,5).

La oración puede quedarse aquí. No debe ser un acto egoísta que busque levantar el espíritu a sentimientos místicos, ni una paz interior sobrenatural. Al contrario, debemos acudir a la oración de manera humilde, con el corazón abierto y desnudo.

Esta primera etapa es la más difícil: por un lado nos cuesta encontrar el tiempo dentro de nuestro día. Debemos tratar de buscar un momento y una duración fijos. La oración requiere una disciplina, no es distinta en esto a aprender inglés, a esquiar o a tocar la guitarra. “No tengo tiempo” significa “no quiero, hay cosas más importantes”, todos tenemos las mismas horas en el día.

Por otro lado debemos dejar de adorar a los ídolos de nuestro tiempo: las atracciones del mundo y sus distracciones. Si no tomamos la iniciativa seremos esclavos del mundo siempre. No debemos dejarnos influir por prejuicios e ideas preconcebidas sobre la oración, no es sólo una cosa de monjas o de puritanos piadosos: todos estamos llamados a la oración.

Si logramos dar este primer paso; reservándonos un espacio y un tiempo a la oración, debemos tratar a continuación de silenciar nuestra mente: nuestro mundo sigue ahí dentro, y las preocupaciones que tenemos provocarán que nos asalten continuas distracciones. Esto nos va a pasar siempre, al principio y cuando llevemos mucho tiempo, pero no debemos dejar que las distracciones se conviertan en las protagonistas.

Debemos estar atentos a las distracciones, ellas reflejan donde está realmente nuestro corazón, debemos despegarnos de ellas pero entender que son nuestras inquietudes y apegos. El combate de la oración se vence cuando nuestras preocupaciones tienen que ver con nuestra mejora espiritual; ayudar y servir a los demás, pedir por ellos y por nosotros. Saber que queremos servir a Dios y no al dinero.

De la oración deben nacer buenas obras: “Para esto es la oración, hijas mías; de esto sirve este matrimonio espiritual, de que nazcan siempre obras, obras” (Moradas séptimas 4,6)

Pero habrá momentos en que las palabras no ocupen el pensamiento. Como nos puede pasar con un buen amigo, o con mi marido, mi madre o mi hija. A veces basta una mirada, a veces nos ayuda que nos acompañen en silencio. Entender cosas sin palabras, mirar a Jesús y sentirse mirado por Él: La oración es entonces contemplativa.

En cualquiera de las etapas salimos reforzados con buenas intenciones y buenas disposiciones (virtudes) para nuestra vida cotidiana. Poco a poco, sin ser muy conscientes de ello, vamos dejándonos hacer en nuestro interior, dejando nuestro orgullo y egoísmo, ganando por ello en libertad de la buena, que no es hacer lo que me dé la gana, sino liberarnos del pecado, ganar en humildad y entender mejor lo pequeños que somos frente a Dios. Pequeños pero muy queridos. Sentir, en último término, que estamos en manos de un Dios todopoderoso que nos quiere.

Mayores escalas en la oración, como las gracias místicas que describe Santa Teresa, son muy poco frecuentes y debemos tener en cuenta varias cosas. En primer lugar que son sólo obra de Dios, estando fuera de nuestro alcance el procurarlas, por mucho tiempo y voluntad que pongamos. En segundo lugar que, si se dan, es para ayudarnos en alguna tarea de servicio más allá de nuestras fuerzas, nunca sería sólo para nuestro disfrute. Y, en tercer lugar, que no debemos hacer especial caso de ellas, ni esperarlas, ni mucho menos condicionar por ellas nuestra perseverancia en el orar.

Finalmente hay que entender que la oración no es una evasión del mundo, sino beber de la fuente que nos hará continuar mejor nuestro camino y nuestra vida, nos ayudará a saber lo que debemos hacer y a hacerlo bien.

Santa Teresa nos lo dice así: “…En lo que está la suma perfección, claro está que no es en regalos interiores ni en grandes arrobamientos ni visiones ni en espíritu de profecía; sino en estar nuestra voluntad tan conforme con la de Dios, que ninguna cosa entendamos que quiere, que no la queramos con toda nuestra voluntad, y tan alegremente tomemos lo sabroso como lo amargo.” (Fundaciones 5,10)

En cuanto a la duración pueden estar bien 5 minutos al día al principio. Para ir subiendo a 15, y hasta 30. Los religiosos Carmelitas hacen una hora por la mañana y otra por la tarde, pero no es razonable dedicar este tiempo si tenemos un trabajo, familia y ocupaciones.

Respecto a la postura debe ser cómoda pero respetuosa para con quien queremos hablar: sentado, de pie, de rodillas. En principio no recostado ni tumbado, salvo enfermedad o incapacidad.

Si has leído hasta aquí es que te interesa la oración. ¡ Ponte a ello !, sólo ganarás. Practica pronto, no busques muchas explicaciones, hay muchos libros y manuales, pero orar es como montar en bicicleta: el manual ayuda poco,… pero una vez que sabes no se olvida nunca.

¡Ánimo!: Alguien muy importante te está esperando hace tiempo.

TERESA DE ÁVILA

En lo que está la suma perfección, claro está que no es en regalos interiores ni en grandes arrobamientos ni visiones ni en espíritu de profecía; sino en estar nuestra voluntad tan conforme con la de Dios, que ninguna cosa entendamos que quiere, que no la queramos con toda nuestra voluntad, y tan alegremente tomemos lo sabroso como lo amargo (Fundaciones 5,10)

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